Islandia ofrece al viajero un amplio abanico de experiencias independientemente de cuándo se visite el país.
Piense en Islandia y le sonará a muchas cosas familares: a Reikiavik a la última; a la bella Laguna Azul, o quizás a exportaciones musicales como Björk o Sigur Rós. Pero esta tierra de bullentes pozas de barro, de géiseres en erupción, de glaciares y cataratas es un auténtico campo de juego para la aventura. Sus impresionantes paisajes son una inspiración para artistas y fotógrafos.
Islandia es el país con la menor densidad poblacional de toda Europa, con un puro, impoluto y, de alguna forma, mágico paisaje. Los veranos en Islandia son sorprendentemente templados, exuberantes y verdes, con días cada vez más largos hasta el solsticio, que es cuando el sol, a medianoche, sólo besa el horizonte sin ponerse nunca.